No eres consciente de lo importante que es tu salud hasta que esta corre peligro.

Cuando comes alimentos procesados porque tu trabajo te tiene absorbido y no tienes tiempo de cocinar, aumentas tu ansiedad por la comida.

Esta comida te hace segregar sustancias químicas en tu cuerpo que generan emociones a las que te haces adicto. Cada vez que repites esa acción esa dependencia es mayor por lo que te es más difícil salir de ese bucle.

Pero si no lo haces estarás mal nutrido, tendrás sobrepeso y vivirás en un estado de apatía y depresión.

La forma en que te alimentas influye directamente en tus emociones, por lo que si quieres gestionarlas, tendrás que empezar por nutrirte mejor.

Cuando después de tus largas jornadas de trabajo, en lugar de moverte de manera consciente, sigues eligiendo tu sedentarismo y tumbarte en el sillón a ver la televisión o Netflix, lo que estás haciendo es debilitar tu voluntad y atentar contra ti mismo.

Tus dolores de espalda y de cervicales serán cada vez mayores y tu acortamiento muscular y articular te hará ser cada día menos autónomo, menos eficiente y tener un menor nivel de energía para tu trabajo y tu vida personal.

Cuando en lugar de entrenar tu mente y aplicar microacciones que te ayuden a aquietar tus pensamaientos y gestionar tus emociones, decides seguir acumulando información y/o basura mental por medio de las redes sociales, solamente estás incrementando tus posibilidades de padecer insomnio, dolores de cabeza, agotamiento y estrés.

Tomado de: saludminimalista.com